Las compañías eligen a su board en base a una serie de parámetros, duros y blandos. Más allá de las cualidades técnicas, el tener capacidad de liderazgo y de comunicación, son algunos de los atributos más valorados por las distintas firmas.
Cuando una empresa necesita renovar su directorio, comienza una búsqueda exhaustiva. Después de todo, se trata de una persona que cumplirá un rol sumamente estratégico en la empresa. Desde su cargo, tendrá que proteger la posición financiera de la empresa; adoptar un plan estratégico para la empresa; determinar si la compañía ha constituido adecuados sistemas de reportes y controles internos; evaluar el rendimiento e idoneidad de la administración, entre otros aspectos relevantes.
Por lo mismo, al analizar un candidato las empresas se fijan en una serie de atributos, tanto duros como blancos. La empresa considera, por ejemplo, que dentro de su experiencia de trabajo previa haya reportado algún tipo de información al extranjero o si tuvo estadía durante uno o dos años en el exterior por alguna posición.
En definitiva, un director atractivo es aquel que cuenta con una trayectoria laboral exitosa. Lo ideal es que dentro de su historia incluya experiencia en firmas multinacionales, sin importar su tamaño; algún postgrado, con preferencia por los estudios en el extranjero, y un nivel avanzado de inglés, ojalá nativo.
Muchas veces, el error que cometen quienes postulan a estos cargos es que no resaltan cuáles son sus logros; únicamente se enfocan en cuáles son sus responsabilidades, pero dentro de éstas no dicen qué fue lo que lograron mejorar
De todas formas, hay ciertas cualidades que son muy valoradas por las compañías a la hora de definir quién se sentará en la mesa directiva. La primera es la capacidad de liderazgo. Un director debe empujar al management team a llegar a los resultados de la compañía, invitándolos a este desafío y no a la fuerza, como obligación.
Asimismo, las firmas también se fijan en sus habilidades de comunicación. Quien ostente el cargo de director debe transmitir la misión y visión de la empresa para poder lograr que todos miren hacia el mismo punto. Puede ser un líder nato, pero si le falla el tema de comunicar los objetivos de la empresa de una manera correcta, cuesta trabajo llevar a la organización a donde debe ir.
Por otra parte, un director es atractivo en la medida que tenga una constante actualización de sus conocimientos. Y es que un buen director debe estar al día en todos los aspectos que tengan que ver con su trabajo dentro de la empresa. Y no solo allí, sino considerando aquellos factores externos que influyen a nivel interno.
Durante el proceso de selección, es importante que el candidato deje muy claro su independencia en la toma de decisiones. En ese sentido, es clave aclarar que las relaciones sociales son buenas en muchos sentidos. Sin embargo, pueden llegar a perturbar las decisiones de los directores si éstos se dejan influir por terceros.
Un director debe ser capaz de llevar a cabo las acciones que considere pertinentes con respeto y ética, intentando mantener un clima de cordialidad, cuando esto lleve a situaciones incómodas con otras personas. Esta condición es muy valorada por las compañías a la hora de definir quién ocupará el cargo de director.
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