Directorios en la pandemia

El Covid-19 tomó a todos por sorpresas: autoridades de gobierno, compañías y familias. Nadie puede predecir el verdadero impacto que traerá la pandemia en la sociedad y en la economía chilena y mundial, pero en este momento clave, hay decisiones que tomar y las responsabilidades de los directores de empresas se tornas más sensibles que nunca.

Directorio en tiempo de pandemia

La forma en que ellos se planteen en este momento será un factor crítico en la capacidad de una organización para salir de la crisis actual y entrar en la nueva era de recuperación económica, tomando las oportunidades en beneficio de todos los grupos de interés.

En ese sentido, los directorios están siendo fuertemente desafiados en una realidad incierta y volátil. Algunos han abordado la crisis oportunamente, con comités de crisis y planes de acción, pero eso es presente, no futuro (now, near, next). Hay que redireccionar a los directorios para impulsar y acompañar a la administración a transitar en estos nuevos escenarios caminos.

El escenario es desafiante y hoy más que nunca hay que sustentar el por qué tener un directorio. Para lograr sacar adelante la compañía, el board debe mantener una separación apropiada de la administración, y al mismo tiempo apoyar el liderazgo ejecutivo y compartir la carga.  Es importante crear conciencia de la importancia de que directores y gerentes interactúen de mejor manera. Esto un rol no delegable y del que tienen que hacerse cargo el directorio y la administración en conjunto. 

El directorio debe entender que los CEO’s  están con un factor de stress a nivel organizacional: tienen que evaluar a su equipo con métricas, identificar a los talentos críticos y planificar un programa de apoyo al equipo, o tomar decisiones difíciles. 

Los directorios deben reconocer que no hay un manual de respuestas para la situación actual, que deben ser flexibles y pragmáticos en la forma en que gobiernan sus organizaciones. En esa línea, deben conectarse de manera empática con colaboradores y entorno, para lograr comunicar proactivamente, incentivar los nuevos talentos e innovar en los procesos.

Por otra parte, estos son los momentos en que se debe desafiar el modelo operativo del directorio. La pregunta clave a replantearse es ¿Qué hace un director de empresa?”.  Se deben revisar las estructuras existentes y ser ágil al considerar qué aspectos de la agenda del directorio se pueden racionalizar o aplazar para crear más tiempo para que la administración se centre en los desafíos a corto plazo a los que se enfrenta la organización.

Por último, es el minuto de aprovechar las habilidades y el conocimiento de los miembros del directorio y sus experiencias en otros lugares para apoyar las necesidades a corto plazo de la administración para mejorar la estabilidad de la organización.

Los boards pueden hacerse cargo, por ejemplo, de interactuar con los stakeholders (gobierno, proveedores, reguladores, accionistas, colaboradores y clientes). Muchos directores tienen experiencia en el sector público o regulador, lo que puede facilitar la relación de la organización con esos sectores y ayudar desde ese rol la gestión de la compañía. Mientras tanto, aquellos que tengan expertise financiera pueden ayudar al CFO en las negociaciones con bancos o acreedores.

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