No solo se puede, sino que tiene una serie de ventajas asociadas, como una mayor seguridad financiera respecto a los recién egresados, o bien que se cuenta con cierta trayectoria profesional, que permite conocer bien las propias fortalezas y debilidades.
El emprendimiento necesita de innovación, persistencia, ambición y muchos otros factores, pero no tener cierta edad. Ese no es un requisito. Por lo mismo, es perfectamente posible emprender pasado los 40 años, pero hay que tener en cuenta que no siempre es fácil. Por lo mismo, es importante tener muy claras las ventajas y desventajas asociadas a tomar la decisión de avanzar en un negocio propio.
Lo cierto es que mientras más edad tienes, mayor es el número de experiencias profesionales de las que apoyarte a la hora de tomar decisiones importantes. Todos los años adquiriendo conocimientos y aprendiendo de los errores van a ser de gran ayuda a la hora de identificar riesgos, reconocer oportunidades y afrontar los desafíos.
Además, después de los 40 años en general se dispone de una mayor seguridad financiera. Aunque no siempre sea así, un emprendedor mayor tiene más probabilidad de haber conseguido reunir algunos ahorros y contar con cierto respaldo financiero. Y esto es un alivio en momentos apretados como son las primeras etapas de una empresa.
Asimismo, se conocen mejor las propias fortalezas y debilidades. Al iniciar un negocio después de los 40, lo más normal es haber trabajado antes en diferentes cargos, y con responsabilidades muy diversas. Todo ese trayecto es una tremenda oportunidad de descubrir y valorar aquello en lo que se tiene mayor talento. Y esto puede ser una gran ventaja como propietario de una nueva empresa, ya que te será más sencillo reconocer las tareas que eres capaz de abordar por ti mismo, y las que debes delegar o contratar fuera del negocio.
Ahora bien, también existen desventajas asociadas a iniciar un negocio a una edad más avanzada. La primera es que hay hábitos ya afianzados. Cuando se superan los 40, no es extraño que muchos emprendedores se muestren menos receptivos ante ideas más innovadoras. Incluso puede que les resulte complicado aprender de ciertas tecnologías. Iniciar una empresa cuando no se es tan joven requiere romper con muchas rutinas y tratar de adoptar nuevos enfoques. Si eres una persona que se resiste al cambio, tu negocio podría peligrar.
También puede pasar que tu resistencia no sea la de antes. A medida que pasan los años, la mayoría de personas experimentan un descenso en los niveles de energía. A los 20 años se tiene más capacidad para poder trabajar después de haber dormido menos de seis horas, por ejemplo. La puesta en marcha y el funcionamiento de una empresa absorben mucha energía tanto a nivel mental como físico. Es esencial ser consciente y tratar de mejorar tus limitaciones, y no dejar de cuidarte.
En todo caso, ejemplos hay varios de personas que decidieron lanzarse en un negocio propio después de los 40 años. Arianna Huffington es una de las emprendedoras de mayor éxito en el ámbito del periodismo y la comunicación, fundó el Huffington Post tenía 54 años. También está Ray Kroc, el fundador de la cadena McDonalds, aunque sus creadores originales fueron los hermanos Dick y Mac McDonald, fue cuando Kroc tenía 52 años que compró la empresa de comida rápida y comenzó a expandir la cadena. También está Vera Wang, quien antes de entrar a la industria de la moda a sus 40 años de edad, fue patinadora artística y periodista. Hoy en día es una de las diseñadoras de alta costura más reconocidas a nivel mundial. Si la idea de negocio es buena, hay que animarse a dar el paso.
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