Si quieres que tu emprendimiento crezca de forma rápida y sin asignarle muchos recursos, este método de marketing digital es una excelente solución, que ha sido utilizada por gigantes como Airbnb, DropBox y Hotmail.
Para quienes no han escuchado el término growth hacking, poco saben de lo que la está llevando en marketing digital. En palabras simples, el growth hacking es un modelo de trabajo que se basa en el método científico y en la experimentación científica para comprender de una forma rápida, qué palancas debemos tocar en el mundo online y cómo hay que tocarlas para hacer crecer el negocio de una forma sostenible.
Dicho de otra forma, es una metodología enfocada a la conversión de usuarios. Es decir, por medio de una acción un usuario deja de ser apenas una persona online que estaba buscando algo y que ha encontrado, para transformarse en un lead, un fan o un cliente. Esto se puede lograr, por ejemplo, cambiando botones o insertando un sencillo formulario en tu sitio web. Con un solo clic puedes acceder sin grandes inversiones a tu público objetivo.
Esta técnica ha sido muy difundida por startups como Airbnb, DropBox o Hotmail, que empezaron a aplicar esta forma de desarrollo porque les permitía un crecimiento rápido en número de clientes.
Parece sencillo, pero lo difícil es encontrar la fórmula más adecuada para cada negocio. Lo cierto es que todo lo que se explota durante un tiempo deja de funcionar tarde o temprano. Es la realidad en marketing digital. Alguien descubre un truco mágico, ese truco funciona pero cuando se extiende deja de funcionar. Sin embargo, no son trucos mágicos, son resultado de la experimentación.
El growth hacking aporta a través de la experimentación para encontrar la acción más adecuada para el crecimiento de un negocio en cada momento. Se trata de optimizar todo el funnel de producto para maximizar los ingresos. Buscar las métricas que nos ayudan a ver que el producto está funcionando bien. Métricas que tienen que ver con los usuarios que acceden, con el uso que hacen de la aplicación y con los ingresos que te está generando eso. Todo tiene que impactar en ingresos. Ese es el objetivo final siempre de todo esto.
En growth hacking se trabaja con una mentalidad analítica. Es decir, quiero este objetivo, ¿cuáles son mis hipótesis para conseguir este objetivo? Pongo una hipótesis, por ejemplo, que el color del botón no es el más adecuado, o que el formulario no está bien planteado. Y lo voy probando. Pero lo voy probando de una forma objetiva, es decir, si funciona bien y, si no, para atrás y a otra cosa.
La filosofía del growth hacking implica que una vez que has probado algo, lo implementas, pero sigues probando nuevas cosas porque de lo que se trata es de no parar de crecer. En todo este proceso de ensayo-error, los datos son claves para no confundirnos con resultados no probados.
Para lograr que esta metodología funcione, se debe contar con alguien curioso que sepa recopilar datos y analizarlos para implementar acciones creativas para posicionar un producto o servicio por delante del de su competencia.
Al final, lo que se busca es la acción perfecta. Toda regla válida para encontrar la estrategia idónea para ganar ese preciado posicionamiento. Y para ello, no únicamente hay que apoyarse en un equipo creativo o en analistas de datos. También es clave la optimización del tiempo y de los recursos que les ofrecen las decenas de herramientas gratuitas y de pago que hay en el mercado.
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