Todos poseemos puntos ciegos, y es la diversidad en los equipos la que permite una complementariedad para entender los fenómenos, identificar las oportunidades y mitigar los riesgos
Lograr directorios que se compongan de gente con un perfil diverso, es uno de los grandes desafíos de las compañías. Sobre todo en el contexto actual, en que nos enfrentamos a fuertes cambios tecnológicos, sociales y culturales, y donde las estrategias, técnicas y herramientas que nos permitieron alcanzar buenos resultados en un pasado cercano, pierden rápidamente su utilidad.
Es en este escenario complejo, de permanente cambio adaptativo, que se requieren múltiples miradas. Todos poseemos puntos ciegos, y es la diversidad en los equipos la que permite una complementariedad para entender los fenómenos, identificar las oportunidades y mitigar los riesgos. Por lo mismo, para los ejecutivos de empresas, el contar con un directorio diverso es una necesidad para asegurar la continuidad de la compañía.
Tener diferentes historias, profesiones y miradas, es muy beneficioso para la discusión de temas relevantes dentro de las empresas. Después de todo, un directorio es un grupo colegiado que tiene más valor si cuenta con diversidad, por lo que la existencia de matices es muy importante, ya que se enriquece la discusión y se debiera enriquecer la toma de decisiones
Entre las empresas del Fortune 500, llama la atención la amplia lista de estudios y profesiones que exhiben los consejeros de dichas firmas: biólogos, psicólogos, filósofos, químicos, historiadores, sociólogos, astrónomos, físicos, militares de distintas ramas, y hasta un zoólogo y un doctor en ciencias atmosféricas, dentro de una larga lista de especialidades de pre y posgrado. Eso sí, varios tienen estudios de especialización en negocios, en su mayoría MBA.
El escenario es opuesto en las firmas chilenas, donde los ingenieros comerciales, ingenieros en general y abogados concentran una amplia mayoría de las profesiones de pregrado. La mayoría también cuenta con MBA. Las excepciones son pocas.
Esta homogeneidad de los perfiles en los directorios nacionales puede deberse a distintas razones, como a estar en industrias más concentradas o bien a optar por profesionales con una formación universitaria mucho más dirigida hacia la especialidad.
Incluso, hay casos más extremos donde varios miembros de una misma familia integran el directorio. Eso por sí solo no es un problema. La pregunta que uno tiene que hacerse es si estas personas estarían ahí si no fueran familiares; si la respuesta es sí, es una decisión correcta ya que esos directores tienen los méritos y el conocimiento, pero si es una respuesta negativa, hay que replantearse la composición del directorio.
Lo cierto es que en el extranjero, el problema de la falta de diversidad en los directorios no es tan grave ya que la educación es bastante más abierta hacia bachilleratos y al ‘aprender a pensar’. Esto tiene más que ver con un pensamiento crítico. Por tanto, quizás valoran a una persona no solo por su expertise profesional, sino también por la manera de desafiar o rebatir al resto del directorio. Hacia allá debiéramos apuntar.
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