Encontrar un buen puesto, que potencie el desarrollo de carrera, no es fácil. Hasta el mínimo detalle puede marcar la diferencia y muchas veces se cometen equivocaciones “no forzadas” que pueden significar salir de un proceso.
Si pasan los meses y aún no encuentras trabajo, puede ser que estés cometiendo errores de los que no tienes conciencia. En un proceso de selección, hasta el mínimo detalle puede marcar la diferencia entre quedar fuera y obtener el puesto, por lo que es importante aprender a identificar qué equivocaciones podrías estar cometiendo de forma “no forzada”.
Y es que muchas veces, la experiencia no importa. Un candidato con años en el mercado laboral puede estar cometiendo los mismos errores que otro recién salido de la universidad. Después de todo, la condición de desempleo extendida en el tiempo trae muchas veces desesperación, frustración o mal manejo de la situación.
Frente a este escenario, el primer consejo es ajustar las expectativas de renta y adecuarse a los salarios y empleos que ofrece el mercado. Hay que tener paciencia y, si ya han pasado muchos meces, se debe evaluar la opción de postular a labores que sean de menor rango de lo que se es capaz de realizar, que muchas veces es preferible a continuar en el estado de cesantía.
Sin embargo, también hay otras equivocaciones que pueden terminar por dilatar el anhelado desarrollo de carrera y que se pueden evitar de forma simple, como llegar tarde a una entrevista, postular a cuanto aviso aparece en los portales, mantener fotografías inadecuadas en redes sociales y no tener un buen CV o perfil de LinkedIn.
De todos ellos, quizás el error más imperdonable es no tener un buen currículum. Es lo básico; el currículum es nuestra carta de presentación, y por ende, el primer filtro para tu posible empleador. Por lo mismo, la recomendación es elaborar el currículum considerando las capacidades, aptitudes y logros. La hoja de vida no debe pasar las dos páginas y es importante que cuente con buena redacción y ortografía. Además, las referencias deben ser reales, por lo que siempre tienes que preocuparte de que sean buenas.
Por otro lado, un error común es no llegar a la entrevista de trabajo lo suficientemente informado. Es fundamental conocer la empresa y el perfil profesional que están buscando antes de postular e ir a una entrevista. Hay casos en que llegan postulantes que ni siquiera tienen claridad del rubro al que se dedica el lugar al que están aspirando. Por eso, tu primera misión, luego de tener un CV perfecto, es darte el tiempo de investigar. Sino, mejor ni postules.
Otro aspecto por el que hay que preocuparse es la red de contactos, pues es una de las principales fortalezas si quieres postular a un puesto. Y es que no sólo tu familia o amigos pueden ayudarte a la hora de conseguir un trabajo, sino que además las redes que has hecho con los años: compañeros de universidad, ex empleadores, ex profesores, etc. Los contactos del entorno profesional y personal se han convertido en una de las herramientas fundamentales.
En esa misma línea, es importante revisar con quiénes nos relacionamos y qué tipo de imagen estamos dando en la web. Es importante preocuparse de eliminar las fotografías donde se sale bebiendo o participando de fiestas alocadas. En definitiva, saca todo lo que pueda ensuciar tu reputación. Maneja la privacidad en forma adecuada y crea perfiles paralelos en los que puedas venderte.